Siria 3 años en el - estamos perdiendo una generación?

Sé que me pregunto acerca de los efectos sobre mis nietos de los videojuegos violentos.

Imagine los efectos sobre los hijos de Siria - o la República Centroafricana - o Sudán del Sur - cuando los horrores y la violencia que ven no son virtuales, sino reales .

Rodeado por este tipo de violencia, los niños sirios - millones de los cuales están sin educación o el asesoramiento que necesitan para superar los traumas que han sufrido - corren el riesgo de convertirse en una generación perdida.

Más de un millón de niños sirios están viviendo como refugiados. © UNICEF/NYHQ2013-1015/Romenzi

Perdido, debido a que muchos de estos niños están perdiendo la oportunidad de cumplir los sueños que tienen para sí mismos.Perdido, debido a que muchos de estos niños podrían llegar a ver la violencia y el odio como algo normal, - y replicarlo en la edad adulta.Una generación que podría convertirse endurecida, no sanó - y buscar la venganza, no la reconciliación. Esta amenaza a toda una generación de niños, y por lo tanto el futuro de Siria, es real.

Pero ¿qué hay de nosotros?

Al acercarnos al tercer sombrío aniversario del conflicto en Siria, nosotros los adultos ven escenas horribles de sufrimiento en la televisión y vídeos ido viral. ¿Son esas imágenes nos inuring a estos horrores? ¿Estamos perdiendo la sensibilidad humana que debe rebelarse ante el sufrimiento de los niños y por lo tanto obligar a un sentimiento de indignación - haciendo que la gente de todo el mundo la demanda de acción de los gobiernos y las partes involucradas? Acción para poner fin al conflicto, para dar acceso a todos los necesitados ... y para apoyar la respuesta humanitaria no sólo en Siria, pero en otras situaciones de emergencia graves, así?

En definitiva, es nuestra generación - nosotros, los que no están pudiendo detener el sufrimiento o adecuadamente frente a las consecuencias humanas de la matanza - también convertirse en "perdido? '

Desde nuestros orígenes, los seres humanos han sido muy adaptable. A veces, demasiado. ¿Estamos ahora la adaptación al cambio climático, a un gran costo, en lugar de hacer todo lo posible para prevenirlo? Y estamos adaptando a un mundo de creciente violencia, en lugar de convocar a la voluntad de poner fin y prevenir?

Asumir lo que podría ser una profecía autocumplida de pesimismo.

Me encuentro con los niños de todo el mundo que, incluso en las circunstancias más terribles, hablan de esperanza sobre los médicos se conviertan, maestros, líderes del cambio. Acerca de un mundo mejor que el que ahora ven.

Nosotros los adultos no les debemos la apatía de la adaptación al actual o futuro Syrias, Sudans del Sur, y las Repúblicas de África Central. Tenemos que dibujar en el sentido de la esperanza y la determinación de los hijos, y hacerlo coincidir con nuestro propio sentido de la indignación. La indignación colectiva que exige el fin de estos conflictos. Eso dice, por último, ¡Basta!